Los ligamentos de Ana, Ana’s Ligaments
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19 abril 2015
Como algunos amigos ya se enteraron, el viernes en la mañana
bajé para dar su pago a nuestro vecino don Anastasio, que ahora nos apoya barriendo
el callejón dos veces a la semana.
Sonsamente tomé un atajo, resbalé, caí.
En el momento de caer, entre escuché y sentí algo que se tronó en mi
tobillo derecho. Pensé: caray, a lo mejor se me ha roto un ligamento. Resumidos cuentos: apliqué hielo y tomé
ibuprofeno, mi fiel asistente de producción me sacó cita con el más recomendado
traumatólogo de acá. En la tarde-noche, con el hinchazón en el tobillo ahora
tamaño pelotita de golf, fui con el doctor, quien me recetó una radiografía
para descartar la posibilidad de una mini fractura en el tobillo. Me citó de nuevo la siguiente mañana para
determinar qué sería el tratamiento. Así
que la mañana de ayer volví.
Y sí: de los tres ligamentos que tenemos en la faz exterior
del tobillo, yo logré hacer un esguince de segundo grado en dos. El doctor observó que en ese tobillo hay una
suerte de lesión crónica: Se ha lastimado
antes, mínimo dos veces, me dijo, ¿porqué
no me lo comentó cuando le pregunté de su historia? Emmm, yo trastabillé, honestamente
lo olvidé, supongo que porque nunca
llegó a más … Pero es progresiva esta
lesión, dice el doctor, su tobillo ahora
tiene un problema estructural, está cada vez más inestable y proclive a
colapsar. Aggghhh.
En efecto, hay dos opciones para tratamiento. Primera: inmovilizar la articulación (hay
tres maneras de hacerlo dependiendo la severidad de la situación); reposo total
durante tres a cuatro semanas; fisioterapia.
Con esta opción esos dos ligamentos se sanarán pero nunca estarán del
todo bien: o sea, se habrá detenido esa lesión crónica pero no se habrá
reparado. Significa que durante todo el resto de mi vida tendré que preocuparme
por esa articulación y andar con cautela, ese tipo de cautela que para mí, al
menos, casi puede causar más accidentes.
Muy probablemente no volvería a correr, ni brincar en mis clases de danza.
Segunda opción. Dice el doctor: si usted tuviera veinte años
menos, considerando su nivel de actividad física yo recomendaría sin titubeos
que se operara. Ah-JA, digo yo,
platícame de esta opción por favor. Pues
resulta que es un procedimiento de lo más sencillo. La operación en sí dura unos 30 minutos. Se abre la piel, se cose el ligamento, se
cierra, se pone una vendaje especial (llamado Vendaje Robert Jones, por cierto,
y la historia de este señor médico es en verdad fascinante, fue un tipazo que además inventó ortopedia pediátrica); reposo total
durante tres a cuatro semanas; fisioterapia y ¡colorín colorado! O sea, el tiempo de recuperación es igual. Y
ahora cosido y reparado, el ligamento sí que será como nuevecito. Vale, nuevecito como de una chava de 25 años
no lo será; pero para mis años y mi considerable nivel de actividad será como nuevo. Se utiliza anestesia epidural, que me dicen
es la octava maravilla. Pues allí estoy sopesando todo, y digo al doctor como
pensando en voz alta, Pues todavía no he
caminado a Santiago de Compostela y ni bien salen las palabras de mi boca
que me doy cuenta de que he decidido; y digo: Yo opto por la cirugía.
Lo haremos este martes 22.
Ténganme en sus pensamientos mis queridos …
As some
friends already know, Friday morning I walked down to pay our neighbour don
Anastasio, who does the great service of sweeping our callejón twice a week. I
took a shortcut; I slipped, I fell. In
the moment of falling I heard and felt something snap in my right ankle. Oh shit, I said to myself, have I torn a ligament?
I
immediately applied ice and took ibuprofen; my faithful production assistant
called and got me an appointment with the good emergency orthopaedist here.
Later on that afternoon, with the swelling on the outside of my ankle almost
the size of a golf ball, I went to see the doctor. He sent me to get an X-ray
of the ankle to rule out the possibility of some hairline fracture; and told me
to return the following morning to decide on treatment. So yesterday morning I
returned.
And indeed:
of the three ligaments which run up the exterior face of our human ankles, I
managed to get a second-degree sprain of TWO of them. The doctor observed that in my right ankle
there is a kind of chronic lesion. It’s been sprained before, at least twice,
he said, why didn’t you mention that when
I asked you about your history? Ermmmm, I hemmed, I just forgot, it never came to anything worse so I guess I forgot
about it. But this problem is
progressive, says the doc, it’s
structural now. Your ankle is getting
more and more unstable and with more and more tendency to collapse. Aggghhh.
So there
are two treatment options, basically.
OPTION 1:
immobilize the joint (there are three ways to do this depending on the severity
of the situation); total rest for three or four weeks; physiotherapy. With this option those two sprained ligaments
will heal but will never be completely well: i.e. the lesion will have been
arrested but not repaired. This means
that during the entire rest of my life I will have to be aware of this joint
and do everything cautiously, with that kind of caution which for me, at least,
can cause MORE accidents. Very probably
I would not ever really run again, or leap in dance class.
Option 2: Says
the doctor: If you were some 20 years younger, and particularly considering
your level of physical activity, I wouldn’t hesitate a moment to recommend that
we operate. Ah-HA, say I, tell me more please. Well, it turns out that we’re talking about
the simplest procedure imaginable. The
operation itself takes 30 minutes. He
opens, he SEWS UP the ligament, he closes up, he puts on a special bandage
(called the Robert Jones Bandage, by the way, and the story of Dr Robert Jones
is a TREAT, believe me, absolutely fascinating: among other things he basically founded pediatric orthopedics); total rest for three or four
weeks; physiotherapy. I mean, the
recovery time is The Same. And with that
ligament all sewn up and repaired, it will be As Good As New. OK, not like the ligament of a 25-year-old
cutie, but for someone my age with my considerable level of activity, it will
be like new. They use epidural anesthesia, which everyone says is just
wonderful. So there I am weighing it all, and I say to the doctor, Well you know I still haven’t hiked to
Santiago de Compostela and no sooner are the words out of my mouth than I
realize that I’ve decided; and I say: Let’s go for the surgery.
So it’s at
8AM Tuesday 22. Hold me in your
thoughts, dear ones!
nonono pero que experiencia tan mas conmovedoramente educativa mi adorada!!!todo sea por el camino de Santiago!!mis mejores desesos y amores para una pronta recuperación. Te adoro...p.d. después de esto ya podemos correr a la calzada de guadalupe?jeje
ResponderEliminarQue te recuperes muy bién y pronto! Saludos de Brasil!
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