jueves, 18 de agosto de 2011

¡¡¡LIEDER DE LISZT!!!

Hace un par de semanas escribí que esperaba --estando nosotros en el Año Liszt-- que no sólo pianistas sino también cantantes estuvieran ensayando Liszt. Porque sus lieder son entre las más hermosas canciones de todo el catálogo decimonónico. Comenté, no del todo bromeando, que sería poco probable porque hay quizás cuatro o cinco pianistas sobre la faz de la tierra capaces de hacerle justicia a esa música.

Bueno, exageré, pero no mucho. El hecho es que las partes del piano de esos lieder de Liszt son, según yo, más difíciles de lo que se puede pensar, porque aquí el pianista no puede salirse con la suya, o sea con puro griterío, porque hay que acoplarse con la voz. Así que pese a su densidad, esta escritura tiene que tocarse con la máxima sutileza y control. Lo cual es cierto de TODA la música de Liszt, sólo que algunos pianistas se dejan llevar por la cantidad de notas que escribió el Maestro.

Pues no llores más Cervantes ... porque acabo de regresar a casa de un concierto que interpretaron la soprano Lourdes Ambriz con Alberto Cruzprieto al piano, ambos excelsos intérpretes mexicanos ... de Debussy ¡Y LISZT! Fue extraordinario. Ambos compositores visionarios y para ambos instrumentos. Titularon al programa "C'est l'Extase", y fue un nombre muy adecuado: yo salí flotando sobre una nube en el paraíso, en la écstasis total.

De Debussy, cuatro canciones misceláneas empezando con "Beau Soir" -muy temprana- y terminando con "Noël des enfants qui n'ont plus de maisons" -muy tardía, con un texto del propio Debussy lamentando los niños que quedaron abandonados y sin techo después de la Primera Guerra Mundial: urgente, chocante, terriblemente triste. Falleció poco después, entre otras razones porque no aguantó lo terrible que fue esa guerra. (Sólo hay que escuchar "En Blanc et Noir" para darse cuenta.) Luego "Ariettes Oubliées" sobre esos poemas inolvidables de Verlaine.

La segunda parte fue puro Liszt: constaba de dos lieder "sueltos" y luego los "Tre Sonetti de Petrarca". Aquí sí que entramos en un lugar muy hermoso y especial, como un terreno reservado para los benditos -- así lo sentía yo. Yo conozco estas canciones pero confieso que mejor en las versiones para piano solo que hizo el propio Liszt: he leído las canciones pero nunca las he interpretado. Lourdes me hizo oír lo ITALIANO de sus líneas vocales, emparejándose con la poesía de Petrarca. ¡Cómo serpean esas líneas, cómo vuelan, cómo su figuración hace respuesta a la poesía y la realzan!

Y Alberto al piano, Alberto que sabe como pocos cómo hacerlo ... hace del piano otra voz, un coro, una orquesta, quizás alguna vez un oboe plañidero, un violonchelo ... Lourdes ha de contarse muy afortunada de tener tamaño colaborador. Los dos nos hicieron escuchar lo medular de esta música que es, en algún sentido lo medular de estos dos compositores, una dosis concentrada de su alma musical. ¡¡BRAVI!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario