viernes, 22 de agosto de 2014

PLACERES DE GUANAJUATO_01 / GUANAJUATO PLEASURES_01


Placeres de Guanajuato / Guanajuato Pleasures
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Queridos todos:
Hace rato que se me ocurrió la idea de girar un pequeño escrito esporádico compartiendo unas cosas que estoy disfrutando –ya sea temporal o menos temporalmente – digo, la vida de por sí es temporal, ¿no? ¡Carpe Diem!— aquí en la ciudad de Guanajuato donde tengo la gran dicha de radicar. 
Por fin, después de numerosas e inexplicables demoras, lo hago. 
Por supuesto que varios amigas y amigos están haciendo algo parecido de tal tamaño han sido los cambios en nuestra hermosa ciudad (aunque orgánicos, por lo general, creo) … y además, como bien saben los que me conocen, tengo el hábito de volverme algo hermitaña entre giras y así no me entero de la nueva sensación; … así que yo escribo todo esto primordialmente en el espíritu de compartir mis propios placeres, que es lo que hay que hacer con ésos, ¿verdad? -- sean del paladar, del oído, del corazón … lo que sea … en lugar de estar la Primera en Compartir la Nueva Movida.
Examinando mis propios gustos, me doy cuenta de que muchas de estas cosas que disfruto son muy de Slow Food: es decir, provienen de fuentes locales, los ingresos que generan se devuelven a la gente de aquí y no van a dar con los bolsillos de corporaciones que no tienen ninguna conexión o compromiso con Guanajuato.  Entre otros factores, pero baste empezar con éstos.
A mi ver, en México estamos en una posición única: sin entrar en más detalles, podemos aprender de los errores y los éxitos tanto de los de al norte como de los de al sur y elegir, de tener la valentía, nuestro propio camino.  Tenemos una dieta ancestral –por mencionar sólo una cosa— que es entre las más sanas del planeta, suponiendo que no nos dejemos corromper del todo por la Coca. Tenemos una de las panoramas de artes escénicas más vibrantes y creativos del planeta y un gobierno que --hasta la fecha-- apoya al arte y al transporte público (ojalá y así siga).  Digo, sean los que sean  nuestros otros problemas, que no son cosa baladí pero bueno: otro día.
Como me encantan los placeres de la mesa, es lógico que la gran mayoría de las cosas que aquí menciono tienen que ver con la comida. Pero no todas. Quizás sería mejor decir que son placeres de cualquier tipo que me interesan: tanto corporales como mentales, incluso a veces espirituales. Entonces, va el primer número de Placeres de Guanajuato / Guanajuato Pleasures.  ¡Ojalá y no sea el único!
Quisiera empezar por decir que hace tres años y medio, recuperé mi sentido de gratitud por radicar aquí.  Bueno, no lo había perdido exactamente, pero tampoco –entre una cosa y otra- estaba del todo presente en mí.  Tengo un recuerdo muy nítido de mi deseo de tener de nuevo esa sensación de extraordinaria dicha que tenía durante todo el año Fulbright-García Robles, que fue mi primer año aquí. 
Como a veces sucede, sin ni siquiera pensarlo mucho, tan sólo con desearlo, sucedió.  Y ¿sabes qué, querido lector? – mejor que mejor: las cosas que en ese momento estaban sucediendo aquí fueron cosas que hace 15 años (sí, parece mentira pero llegué aquí en agosto del 1999) eran un sueño o de pleno imposibles. 
Yo sé que nos queda un trecho aquí en esta Ciudad Patrimonio –y ¡caramba!, no es un trecho pequeño— pero sin embargo, ciertas cosas aquí se han mejorado.  Por citar dos: hay menos perro callejero –gracias principalmente, me parece, a la labor titánica de organizaciones como Amigos de los Animales— y por lo tanto, menos excremento canino en las calles. 
Estoy segura que no es del todo desconectado de la cuestión del perro callejero que hay más actividad económica local.  Digo, yo hablo no sólo del micro-local de Xocolate en la Plaza del Baratillo y del taller de joyería escultórica de Cathie Gielis (naturalizada mexicana de su natal Bélgica) sino también de mujeres campesinas con productos de nopal, de otras mujeres con jabones elaborados de forma artesanal. Incluso de las mujeres en el Mercado Hidalgo que antes vendían sus quesos en bolsas de plástico como si nada y ahora los venden con una etiquetita.  Esto no es señal de gentrificación: al contrario, es señal de orgullo en su propia labor y sus resultados. Ellas, al menos, empiezan a evitar esta terrible tendencia que tenemos, de infravalorar nuestro propio capital humano.
En otro escrito hablaré de las cuestiones sociales y sociológicas, al menos de las de mi barrio, que es el único que conozco. Está muy presente todo esto por el proyecto de barrio que tuve con nuestra Asociación Vecinal que hace poco se entregó.  Próximamente …
Pero por ahora, a lo que te trujo Chencha …
Los Campos: ¿Hay mejor ejemplo de la ensalada cosmopolita que es nuestra ciudad? Difícil imaginárselo: ella, Chef, mexicana de tierras hidrocálidos (o sea, querido lector, de Aguascalientes) y él (somelier) de Canadá anglófono.  La comida es de una imaginación y una inventividad asombrosas. Por no mencionar la presentación, que es una delicia, y que delata totalmente el orgullo que esta pareja-equipo tiene en su creación gastronómica. 
Y otra cosa: la primera vez que yo fui, me llamó poderosamente la atención que usan SERVILLETAS DE TELA (¡¡luces, bomba y platilla!!).  Servilletas de tela, queridos lectores, piénsanlo: esto significa para un restaurante una disminución épica de basura.  Además de que es mil veces, repito MIL VECES, más agradable, placentero y civilizado.  El CAVEAT ÚNICO, y digo el ÚNICO, es que a estas fechas todavía no tienen su licencia de bebidas alcohólicas.  Parece mentira pero desgraciadamente así es.  [Aquellos con palanca en Presidencia, ¡¡A LA CARGA POR FAVOR!!] De ser permitido, les diría que traigan sus botellas de tequila y mezcal fino, de ron y de vino … y de alguna manera se procuraría servirlos.  Pero esto no es permitido, de manera que no lo digo. 
El deleite que es Los Campos se encuentra apenas subiendo del Baratillo: con espaldas a Cantarranas y a la fuente, se ve como una “Y”. Por el ramal izquierdo se llegará a la Compañía.  Por el ramal derecho, al “callejón de las verduras”.  Allí, y de inmediato se ve su portal.  Por lo pronto abren tipo 15:00 (3PM) hasta tipo 22:00 (10PM).
Xocolate: A apenas cinco metros de Los Campos es El Lugar del Chocolate: Xocolate, en una ortografía entre su nativo náhuatl y castellano.  Y es prácticamente un lugar sagrado, mis queridos. Chocolates varios: barras de chocolate desde el blanco hasta el 95% cacao, ¡no miento! Cuando abrieron sus puertas hace unos tres años, dijo mi querida amiga y colaboradora la renombrada poeta Lirio Garduño, ¡La civilización ha llegado a Guanajuato! Olvídense, todos que pasen por estas puertas, de Godiva Chocolates.  Nada que ver. Baste con decir que en un reciente visita me enteré de unas nuevas variedades, entre ellas un chocolate amargo con vinagre balsámico y no recuerdo qué más; y otro de chocolate de leche con epazote y … no lo revelo, sólo digo que por lo general para mí el chocolate de leche no es chocolate pero en este caso hago una muy grata excepción. Y el siempre asombroso chocolate con Chipotle, ayayay madre mía. Yo cuando tengo que administrarme estrechamente me compro una rueda del chocolate de mesa y en lugar de hacer chocolate lo como, con el mayor placer del mundo, mmmmhhh.
Frutería Torres Hmnos, a.k.a. la Frutería del Baratillo, a.k.a. la frutería del moreno: Todo mundo ya debe de saberlo, pero para las pocas personas que no … hace tres años que en la primavera aparece en esta frutería espárragos; mora azul; mora; ahora kale (que es un repollo cuyo nombre en castellano se  me escapa) … y muchas otras cosas.  Además de la extensa y rica selección de frutas y verduras de siempre; dependiendo, por supuesto, la estación. 
Me llama la atención que aquí aparecen estas verduras.  Hace 10 años, en San Miguel Allende para un concierto, vi pasar en la calle unos señores vendiendo espárragos.  Seguramente, pensé, por los extranjeros allá que lo piden.  Pero aquí ni huella, sólo en la Comercial o en la Mega en 120 pesos el kilo, algo así.  Hasta que apareció allá con el More  en el Baratillo—válgame, espárragos a eso de 70 o 80 pesos el kilo, y digo, de una frescura increíble, como si vinieran de tu propia hortaliza. Allí siguen. Considéranse avisados.
Entre otras cosas, esto me llama la atención porque esta frutería no surte a alguna población gringa o adinerada –de todas formas la gran mayoría de la población gringa aquí está mejor dotada intelectual que financieramente— no mis queridos, esta frutería vende a nacionales, y creo que no hay nadie allí que hable una palabra de otro idioma que el castellano.  Los extranjeros que se ven en esta frutería compran allí porque saben que la verdura y fruta es mil veces mejor que la que se vende –marchitada y con precios carísimos— en los sitios supuestamente más cómodos para extranjeros, o sea la Comercial o la Mega.  Que --¡caramba, soy la primera en decirlo!-- tienen sus usos … pero la verdura fresca, local y deliciosa no suele ser uno de ellos.
O sea, queridos amigos, esto es lo nuestro.  Compran aquí, en estos lugares, en estos negocios, atesórenlos.
La Puerta roja: Pan, y buenérrimo En primer lugar, como han de saber, a veces me pongo en Plan Hermitaña.  A veces no estoy, porque tengo conciertos en otras partes del planeta; y luego cuando llego, estoy preparándome para la siguiente salida, o descansando.  Pasé buena parte de febrero a junio descansando del intensísimo año pasado  --si quieren más detalles consulta varias entradas en este mismo blog, empezando tipo mediados del 2012.  Así que fue hasta tipo mayo que un buen día, paseándome por Sangre de Cristo, que se me cayó el veinte de algo nuevo allí.  Caramba, me digo, ¡una panadería!  Creo que esa primera vez ni entré, pero poco después, sí.  
Es un lugar padrísimo, como aquí se dice: Uno de esos edificios antiguos pero medio humildes, un espacio acogedor, a escala humana, de esos que no se puede imitar, ¿ves?  Han hecho lo mínimo al espacio, de manera muy respetuosa.  Ofrecen un par de ensaladas y sopas, varios baguettes, comida ligera.  Confieso que no he probado esta otra comida, solo el pan.
Porque ofrecen una bien cuidada selección de panes, todos hechos con masa madre, o sea en inglés sourdough, natural yeast, la levadura que se hace de harina, un poco de miel o azúcar, y el aire, mis queridos, los milagrosos microbios del aire porque allí sí que vienen microbios que hacen –o se convierten en- levadura.  Este proceso requiere de mucha paciencia y es muchísimo menos seguro que abrir un sobre de levadura … pero los resultados son de veras maravillosos.  En pocas palabras, es aún otro proceso artesanal.
¿Ves?: esto es lo nuestro. 
Masaje, a.k.a. las asombrosas Hermanas Flores  … y sus salsas.  Hace un par de meses pasé a la frutería del Baratillo y al lado vi a las Asombrosas Hermanas Flores. Que, asombrosamente y con su acostumbrada tenacidad e imaginación, habían abierto otro lugar.  Son rebuenas masajistas, fueron las primeras aquí (que yo sepa) y parece que no se dan por vencidas, nunca. Allí puedes buscar tu masaje exprés de pies o de espalda, o tu masaje del todo no-exprés de todo el cuerpo.  Ahora tienen, de forma a veces esporádica, unas salsas que son –como aquí se dice—de poca madre.  Una de cacahuate con gengibre, otra como de chile asado con un toquecito de vinagre … más artesanía.  Mis respetos.
Celular: 473 120 05 14
Casa Cuatro: Yoga y Pilates con Tlathui Benavides … y bueno, habiendo dicho todo esto, hay Yoga y Pilates en la Casa Cuatro con Tlathui Benavides, que además de talentosísima bailarina es buenérrima instructora de estas dos disciplinas tan importantes. Y digo, para todos, tengas 20 años o 60, seas hombre o mujer.
También en plena Plaza Baratillo, Centro Bharati: Yoga con Alejandra … .  (¿Ya ven la variedad que ahora tenemos aquí?  Es asombroso.) Y aquí la comida es buena y vegetariana y hay una boutique bastante mono de ropa hindú. ¡¡Mmmhhh!!
Tardía adición: Escarola … en Positos #38, casi frente a la Casa-Museo Diego Rivera.  Apenas inaugura y no he probado la comida; pero ayer, volviendo de llevar a la Azabacha a sus vacunas, nos asomamos y vimos el sitio y la carta.  Hermosos los dos. Se supone que hay opciones de comida incluso veganas; además de platos para carnívoros y vegetarianos.  Me aseguro de comer allí en estos días para dar un informe.

Guanajuato Pleasures

Dear all,
Quite a while ago it occurred to me that it would be fun to send around some sporadic notes sharing things which I am enjoying here in this city of Guanajuato --where I have the great good fortune to live—either temporarily or oh well, less temporarily.  Since life is pretty temporary, right? CARPE DIEM.
Anyway … Finally, after inexplicable delays, I am starting to do this. 
Now, various friends are doing similar things, so extensive have been the changes in our beautiful city (and organic I believe, on the whole) … Those of you who know me know that I turn into a hermit between tours, so I’m not always up on the Very Latest Sensation; thus I can assure you that I write all this in the spirit of sharing these pleasures of mine, which is what we should do with pleasures, right? –be they of the palate, the ear, the heart … whatever; rather than being the First to Discover the Latest Sensation.
I feel that in Mexico we are un a unique position: without going into more detail, we can learn from the successes and the errors of our neighbours to the north as well as to the south; and choose, if we have the courage to do so, our own way.  We have an ancestral diet –to mention just one thing—which is among the healthiest on the planet. We have one of the most vibrant and creative performing arts scenes on the planet; and a government which –so far!—supports the arts and public transport. I mean, whatever its problems in other areas may be: which are not exactly insubstantial … but more on that another day.
Examining my own tastes, I realize that many of these things which I enjoy are very Slow Food: that is, they come from local sources, the income they generate is returned to the people of this place instead of ending up in the pockets of corporations who have neither connection with --nor commitment to-- Guanajuato. That  should do to start with.
And then, since I take great delight in the pleasures of the table, it’s logical that the great majority of the things I mention here have to do with eating.  But not all.  Perhaps it would be better to say that what interest me are pleasures of any kind, corporeal as well as mental; even, sometimes, spiritual.  So here is the first number of these Pleasures of Guanajuato … let’s hope it’s not the only one!
I want to start by saying that some three and a half years ago, I recovered my sense of gratitude at living here.  I mean, I hadn’t lost it exactly, but between one thing and another it wasn’t as present in me as it had been.  I have a very clear memory of intensely desiring to have again that sensation of extraordinary good fortune which I had during the whole Fulbright (more correctly, Fulbright-García Robles) year in Guanajuato, which was my first whole year here.
As sometimes happens, without thinking about it much, just wanting it, it happened. And you know what, dear reader? – better yet: the things which are now happening here are things which 15 years ago –seems impossible, right? but I arrived here in August of 1999— were a dream or totally unthinkable.
I know we have a way to go here in this UNESCO World Heritage Zone City  --and caramba, it’s not a little bit of a way—but nevertheless, certain things are better here. Just to mention two: there are fewer street dogs –thanks principally, in my view, to the titanic work of VOLUNTEER organizationes like Amigos de los Animales – and therefore, less animal excrement in the streets; and second, there is more local economic activity.
I’m talking not just about the micro-local of Xocolate in the Plaza del Baratillo (see below), or about the Taller de Joyería Escultórica (Sculptural Jewelry Workshop, see the next installment) of Cathie Gielis –native of Belgium but naturalized Mexican for some years now— in Casa Cuatro)—; but also of countrywomen with products made from nopal; and with  other products like soaps, handmade from local herbs and vegetables.  I’m talking also about the women in the Mercado Hidalgo who ten years ago sold their cheeses –from goats’ and cows’ milk—as though they were nothing and now have little labels on them.  This is not some process of gentrification: on the contrary, it’s a sign of pride in their own work and its results.  These women, at least, are starting to find a way around that terrible tendency we have, to undervalue our own human capital.
In another post I’ll start to speak about the social and sociological questions, at least those of my own barrio, which is really the only one I know. All this is very uppermost in my mind because of the neighbourhood project which we recently delivered, I and the Asociación Vecinal (Neighbourhood Association) to which I belong. Soon …
But for now, to what I promised …
Los Campos: Is there a better example of the cosmopolitan salad which our city is becoming? Hard to imagine: she, a Real Chef, from Aguascalientes; he a sommelier, from Anglophone Canada. The food is astoundingly imaginative and inventive. Not to mention the presentation, which is as delicious as the food and which totally reveals the pride which this couple-team have in their gastronomic creation.
And another thing: the first time I went (when they were still in Alonso) I was bowled over when I saw that they have Cloth Napkins. (Lots of lights, drum roll!!)   Cloth Napkins, dear readers, just think about it: this signifies, for a restaurant, a near-titanic reduction in garbage.  Besides which it is a thousand times, I mean a bazillion times, more agreeable more pleasant, more civilized.
The Only Caveat, and really The ONLY one, is that as of the beginning of July they still –in spite of the most diligent and tenacious efforts with the Relevant Authorities— do not have their permit to serve alcohol. If it were permitted, I would say to you that you should bring your bottles of fine tequila and mezcal, of good  wine … and in some fashion it would be possible to serve them.  But this is not permitted, and so I shall not say it.
This delight which is Los Campos is to be found just coming up from the Baratillo: with your back to Cantarranas and the fountain, it looks like a “Y”.  If you take the left arm you will go to the Compañía.  The right arm will take you to the “Callejón of Vegetables”.  Beginning the right arm you see their sign.  I believe that for now they are opening from 3pm to 11PM. Enjoy!!
Barely five meters from Los Campos, you will find The Chocolate Place: Xocolate, spelled somewhere between native Nahuatl and Spanish.  And indeed, it is practically a sacred site. Various chocolates: bars from white to 95% cacao, I swear! When they opened up about three years ago, my dear friend the renowned poet Lirio Garduño exclaimed, “Civilization has arrived in Guanajuato!” Forget about Godiva Chocolates, all you who pass through these doors.  This is a different league.
Suffice it to say that on a recent visit I tasted  some new varieties invented by the proprietors (he from Puebla, she from the Bajío), among them a dark chocolate with balsamic vinegar and I don’t remember what else; milk chocolate with epazote and … I won’t reveal it, I’ll just say that in general for me milk chocolate doesn’t even qualify as chocolate but in this case I make a very happy exception. And that always astounding chocolate con chipotle, ayayay madre mía.  When I am in Austerity Mode, instead of buying individual chocolates I just buy one of those wheels of chocolate de mesa and instead of making chocolate to drink I just eat it, with the greatest possible delight, yummmm.
Frutería Torres Hmnos, a.k.a. la Frutería del Baratillo, a.k.a. la frutería del moreno:  Everyone should already know about this,  but for the few people who don’t … some three years ago in the Spring I was amazed to see ASPARAGUS in this vegetable store; as well as blackberries, blueberries, now kale …  and various other more “exotic” vegetables and fruits.  Aside from the usual extensive selection of stuff, always varying depending on the season of course.  It’s very interesting to me that we’re seeing these sorts of things here. Ten years ago, when I was in San Miguel de Allende  (SMA) with Ehecalli for a chamber music concert, I saw country men on the street selling asparagus; at the time I figured it was surely because there were foreigners in SMA and thus a market for such a thing.  But in Guanajuato at that time, not a trace: just in the Mega or the Comercial Mexicana (the two US-style supermarkets here) all dried up and at a very inflated price. And there are plenty of Mexicans who like asparagus, it’s not just a foreign taste! Until it appeared with el More (short for el Moreno, the proprietor of the Baratillo vegetable store) … and what asparagus it was and is!  Costs anywhere between 40 and 70 pesos the kilo and so fresh it might have come from your own kitchen garden. Be aware … !
Various reasons this interests me, but at the head of the list is that this frutería doesn’t sell to a fancy gringo or foreigner clientele – in any case the great majority of the foreigners here are better-endowed intellectually than financially!—no my dears, this frutería sells to nationals; and I believe that no one who works there speaks anything other than Spanish.  The foreigners who shop there do so because they know that the fruit and veggies are a thousand times better and fresher than what you generally find in the Comercial or the Mega, all wrinkled and old and overpriced. Those supermarkets have their uses, I’m the first to acknowledge, but good fresh local produce is generally not among them.
So, dear ones, this is ours.  Buy here, in these places and these businesses, take an interest in them, treasure them.
La Puerta Roja (The Red Door): really Good Bread! …  As some of you know, there are times when I become a bit of a Hermit.  Sometimes I’m not here because I have concerts in other parts of the planet; and then when I get home I’m preparing for the next trip, or just plain resting. So it wasn’t until this past May that one fine day, strolling down Sangre de Cristo, the penny dropped that there was something new there.  Caramba, I said to myself, a bakery! I think that first time I didn’t even go in, but shortly thereafter, I did.
It’s a delightful place: one of those old buildings, one of the rather humble ones, a cozy space on a human scale, one of those you just can’t imitate, you know?  They’ve done the minimum to the space, in a very respectful fashion.  As well as being a bakery, they’re a restaurant, offering a couple of salads and soups, various baguettes: light food. I confess I haven’t yet tried the food, so far just the bread.
So far just the bread is enough.  Because they offer a well-considered selection of breads, all made with sourdough yeast –which is the yeast you get, with luck, when you mix together some flour, a little honey or sugar, and air, my dears: those miraculous microbes in the air, because in the air are microbes which make, or change into, yeast.  This process requires considerable patience and is way less sure than just opening an envelope of yeast … but the results are truly marvellous. Yet another artisanal process.
You see? This is ours.
Massage, a.k.a. the Amazing Flores Sisters … and their salsas! A couple of months ago I went into the Frutería del Baratillo and in the next doorway saw the Amazing Flores Sisters, both of them. Who, amazingly and with their usual tenacity and imagination, had opened another place.  They are really good masajistas (masseuses), both of them.  I think they were the first real ones here; and they seem never to give up.  Now you can get a Massage Express for feet or back, or your whole-body no-express massage.  Now, more or less sporadically, they also have these salsas (sauces) which are, as we say here, de poca madre (drop-dead delicious).  The two I’ve tried are peanuts with chile and ginger; and roast chile with a bit of vinegar.   More artesanía. My respects.
Celular: 473 120 05 14
Casa Cuatro: Yoga y Pilates with Tlathui Benavides … OK, having said all the foregoing, in Casa Cuatro there’s Yoga and Pilates with Tlathui Benavides, who besides being an incredibly gifted dancer is a really fine instructor of these two very important disciplines.  And really, for everyone, whether you are 20 or 60 years old, man or woman.
Also right in the Plaza del Baratillo, the Centro Bharati: where there’s yoga with Alejandra as well.  Now are you starting to see the variety we have here?  It’s astounding. And in the Centro Bharati there’s good Indian vegetarian food and a nice little boutique of Indian clothes.  YUMMM!!

A late addition: Escarola … in Pocitos #38, almost exactly in front of the Casa-Museo Diego Rivera. They just opened and I haven’t tried the food yet; but the other day, returning from taking Azabacha for her vaccines, we poked our heads in and saw the place and the menu.  Both really lovely.  It seems there are options fro vegans, for carnivores, and for vegetarians.  I shall do everything possible to eat there soon and deliver a report ;=))

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